bling Y V S: COLGATE

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Wednesday, January 20, 2010

COLGATE

Uno de los testimonios más bellos de responsabilidad social que he conocido es el del señor Colgate. Este hombre vivió una niñez tan pobre, que a la edad de 16 años llevaba todo lo que poseía en un pañuelo que colgaba de su mano.

Cuentan que en una ocasión, Colgate se encontró con un buen hombre que le recomendó dar siempre a los pobres la décima parte de lo que ganara. Desde entonces se propuso hacerlo, y cuando entró a trabajar a una fábrica de jabones y ganó su primer dólar, apartó 10 centavos para darlos.


Tiempo después, los dueños de la fábrica de jabones murieron y le dejaron todo el negocio. Entonces, Colgate nombró a un contador y le dio la orden de apartar la décima parte de todas las ganancias para darlas a los más necesitados. Y así sucedió. Año con año la empresa regalaba a los pobres el 10 por ciento de sus ingresos.
Poco después el negoció prosperó y Colgate ganó una gran fortuna. Fue cuando decidió dar a los pobres el 20 por ciento de sus ganancias. Después dio el 30, el 40 y hasta el 50 por ciento. Mientras más daba, le iba mejor en sus negocios. Y así enseñó a sus hijos: A dar siempre una parte de sus ingresos a los más desprotegidos.
Lo anterior viene al caso, porque hace unos días el gobierno propuso un impuesto llamado a la "Contribución del combate a la pobreza". Un 2 por ciento de impuesto que sería como un IVA escondido que se suma al actual.
Estamos seguros que la gran mayoría de los mexicanos veríamos con muy buenos ojos esta medida o cualquiera otra de "apoyo a la pobreza", si existiera confianza, transparencia y ejemplo del Gobierno.
Más, cuando recordamos que desde el presidente Gustavo Díaz Ordaz se estableció la tenencia a los automóviles con el objeto de sacar adelante las Olimpiadas de 1968 y con la promesa de que este gravamen se eliminaría una vez terminados los gastos de dicho evento, y es fecha (41 años) que aún contamos con esa carga fiscal. ¿Qué mexicano confiará en que estas medidas podrían ser temporales o pasajeras o mientras dura la crisis?
¿O por qué el gobierno, antes de pensar en volver a sangrar los bolsillos de los contribuyentes cautivos no empieza por poner el ejemplo reduciendo el número de burócratas? ¿O el Poder Legislativo eliminando el número de diputados, reduciendo salarios, celulares, viáticos y demás gastos excesivos de sus funcionarios?
Hace unos días, Grupo Reforma dio a conocer el número de empleados que fueron indemnizados en las diversas empresas del país a raíz de la crisis. Nos gustaría saber también en dónde están las cifras reales del recorte de los burócratas.
Lo cierto es que desde sexenios atrás el gobierno se ha encargado de ahogar nuestra confianza al crear impuestos o programas evocando a los pobres, cuando en el fondo éstos les sirven más que nada a ellos, a sus intereses partidistas o personales.
Estamos seguros que buena parte de la sociedad mexicana se uniría de forma libre y espontánea para apoyar propuestas que favorezcan a los más necesitados, si el gobierno hiciera lo propio y pusiera el ejemplo.
Sin embargo, como hasta la fecha no ha sido así, me parece que por lo pronto no hay mejor camino que el del señor Colgate: Dar a los pobres una parte de nuestras ganancias y enseñar a nuestros hijos a hacerlo también.

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